En la siguiente temporada 2004-05, el Athletic fue de más a menos. Para paliar la marcha del jugador, que dejaba un importante agujero en la defensa, el presidente Josu Urrutia decidió pagar la cláusula del capitán de la Real Sociedad, Iñigo Martínez, que ascendía a 32 millones de euros, lo que supuso el fichaje más caro de la historia del Athletic.